Texto – 16.III. Las recompensas que se derivan de enseñar
Lo que has enseñado ya ha logrado esto, pues el Espíritu Santo es parte de ti. Al haber sido creado por Dios, Él no ha abandonado a Dios ni a Su Creación. Él es a la vez Dios y tú, del mismo modo en que tú eres a la vez Dios y Él. Pues la Respuesta de Dios a la separación te aportó más de lo que tú quisiste arrebatar.