¡Un Curso de Milagros!

(abreviado como ucdm)

Lucrecia Gamboa

Audio – Texto – Capítulo 5

5. Introducción

Colaboran

Colabora

Dalcy Solís

Colabora

Sindy Pessoa

Colabora

Hazel Solís

Colabora

Mike Maher

Transcripción Audio

Un Curso de Milagros
UCDM – Texto – Capítulo 5

Introducción

Capítulo 5 – Curación y Plenitud

Introducción

1. Curar es hacer feliz. Te he dicho que pensases en las muchas oportunidades que has tenido de regocijarte, y en las muchas que has dejado pasar. Esto es lo mismo que decir que has rehusado sanar. Tu luz es la luz de la dicha. El resplandor no está asociado con la aflicción. La dicha suscita que uno esté completamente dispuesto a compartirla y fomenta el impulso natural de la mente de responder cual una sola. Quienes intentan curar sin ser ellos mismos completamente dichosos, suscitan diferentes respuestas a la vez y, por consiguiente, privan a otros de la dicha de responder de todo corazón.

2. Para poder actuar de todo corazón tienes que ser feliz. Si el miedo y el amor no pueden coexistir, y si es imposible estar completamente atemorizado y seguir viviendo, el único estado de plenitud posible es el del amor. No existe diferencia alguna entre el amor y la dicha. Por lo tanto, el único estado de plenitud posible es el de absoluta dicha. Curar o hacer feliz es, por lo tanto, lo mismo que integrar y unificar. Por eso es por lo que no importa a qué parte de la Filiación se le ofrece la curación o qué parte la lleva a cabo. Todas las partes se benefician y se benefician por igual.

3. Todo pensamiento benévolo que cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte del mundo te bendice. Deberías querer bendecirles a tu vez como muestra de agradecimiento. No tienes que conocerlos personalmente ni ellos a ti. La luz es tan potente que irradia a través de toda la Filiación, la cual da gracias al Padre por irradiar Su Dicha sobre ella. Únicamente los santos Hijos de Dios son canales dignos de Su hermosa Dicha porque sólo ellos son lo suficientemente hermosos como para conservarla compartiéndola. Es imposible que un Hijo de Dios pueda amar a su prójimo de manera diferente de cómo se ama a sí mismo. De ahí que la plegaria del sanador sea:

¡Que conozca a este hermano como me conozco a mí mismo!

Búsqueda por términos o palabras, ejemplo: lección 137

¡Un Curso de Milagros!

Se publicará una lección por día. Los audios se agruparán en orden consecutivo según día.

 

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