¡Un Curso de Milagros!

(abreviado como ucdm)

Lucrecia Gamboa

Audio – Texto – Capítulo 3

3.IV. El error y el ego

Colaboran

Colabora

Dalcy Solís

Colabora

Sindy Pessoa

Colabora

Hazel Solís

Colabora

Mike Maher

Transcripción Audio

Un Curso de Milagros
UCDM – Texto – Capítulo 3

IV. El error y el ego

Capítulo 3 – La Percepción Inocente

El error y el ego

1. Las capacidades que ahora posees no son sino sombras de tu verdadera fuerza. Todas las funciones que tienes actualmente están divididas y son susceptibles de ser cuestionadas y puestas en duda. Esto se debe a que no tienes certeza acerca de cómo las vas a usar y, por consiguiente, eres incapaz de gozar de conocimiento. E igualmente eres incapaz de gozar de conocimiento porque todavía percibes sin amor. Antes de que la separación introdujese la noción de grados, aspectos e intervalos, la percepción no existía. El Espíritu no tiene niveles, y todo conflicto surge como consecuencia del concepto de niveles. Sólo los Niveles de la Trinidad gozan de unidad. Los niveles producidos por la separación no pueden sino estar en conflicto. Esto se debe a que ninguno de ellos significa nada para los demás.

2. La conciencia—el nivel de la percepción—fue la primera división que se introdujo en la mente después de la separación, convirtiendo a la mente de esta manera en un instrumento perceptor en vez de en un instrumento creador. La conciencia ha sido correctamente identificada como perteneciente al ámbito del ego. El ego es un intento de la mente errada para que te percibas a ti mismo tal como deseas ser, en vez de como realmente eres. Sin embargo, sólo te puedes conocer a ti mismo como realmente eres, ya que de eso es de lo único que puedes estar seguro. Todo lo demás es cuestionable.

3. El ego es el aspecto inquisitivo del ser que surgió después de la separación, el cual fue fabricado en vez de creado. Es capaz de hacer preguntas, pero no de percibir respuestas significativas, ya que éstas entrañan conocimiento y no se pueden percibir. La mente está, por consiguiente, confusa porque sólo la Mentalidad- Uno está exenta de confusión. Una mente separada o dividida no puede sino estar confundida. Tiene necesariamente que sentirse incierta acerca de lo que es. Y no puede sino estar en conflicto, puesto que está en desacuerdo consigo misma. Esto hace que sus aspectos sean extraños entre sí, y ésta es la esencia de la condición propensa al miedo en la que el ataque siempre es posible. Tal como te percibes a ti mismo, tienes todas las razones del mundo para sentirte atemorizado. De ahí que no te puedas liberar del miedo hasta que te des cuenta, no sólo de que no te creaste a ti mismo, sino de que tampoco habrías podido hacerlo. Nunca podrás hacer que tus percepciones falsas sean verdaderas, y tu creación no se ve afectada en modo alguno por tu error. Por eso es por lo que, en última instancia, tienes que optar por subsanar la separación.

4. No se debe confundir a la mente que goza de conocimiento con la mentalidad recta, ya que sólo esta última está vinculada a la percepción verdadera. Puedes estar en tu mentalidad recta o en tu mentalidad errada, y aun esto es cuestión de grados, lo cual demuestra claramente que ninguna de ellas tiene nada que ver con el Conocimiento. El término “mentalidad recta” se debe entender como aquello que corrige la “mentalidad errada”, y se refiere al estado mental que induce a una percepción fidedigna. Es un estado de mentalidad milagrosa porque sana la percepción errónea, lo cual es ciertamente un milagro en vista de como te percibes a ti mismo.

5. La percepción siempre entraña algún uso inadecuado de la mente, puesto que la lleva a áreas de incertidumbre. La mente es muy activa. Cuando elige estar separada, elige percibir. Hasta ese momento su voluntad es únicamente gozar de conocimiento. Una vez que ha elegido percibir no puede sino elegir de manera ambigua, y la única forma de escaparse de la ambigüedad es mediante una percepción clara. La mente retorna a su verdadera función sólo cuando su voluntad es gozar de conocimiento. Esto la pone al servicio del Espíritu, donde la percepción cambia. La mente elige dividirse a sí misma cuando elige inventar sus propios niveles. Pero no puede separarse completamente del Espíritu, ya que de Éste es de donde deriva todo su poder para fabricar o para crear. Aun en la creación falsa la mente está afirmando su Fuente, pues, de otro modo, simplemente dejaría de existir. Esto último, es imposible no obstante, ya que la mente le pertenece al Espíritu que Dios creó y que, por lo tanto, es eterno.

6. La capacidad de percibir hizo que el cuerpo fuese posible, ya que tienes que percibir algo y percibirlo con algo. Por eso es por lo que la percepción siempre entraña un intercambio o interpretación que el Conocimiento no requiere. La función interpretativa de la percepción, que es una forma de creación distorsionada, te permitió entonces llegar a la conclusión de que tú eres tu cuerpo, en un intento de escapar del conflicto que tú mismo habías provocado. El Espíritu, que goza de absoluto conocimiento, no pudo avenirse a esta pérdida de poder, ya que es incapaz de albergar obscuridad. Esto hizo que el Espíritu fuera casi inaccesible a la mente y completamente inaccesible al cuerpo. A partir de ahí se percibió al Espíritu como una amenaza, puesto que la luz disipa la obscuridad al mostrarte simplemente que ésta no existe. La verdad siempre prevalecerá sobre el error de este modo. No puede ser éste un proceso activo de corrección porque, como ya he puesto de relieve, el Conocimiento no hace nada. Puede ser percibido como un agresor, pero no puede atacar. Lo que tú percibes como su ataque es tu propio vago reconocimiento de que el Conocimiento siempre se puede recordar al no haber sido nunca destruido.

7. Dios y Sus Creaciones permanecen a salvo y, por lo tanto, saben que no existe ninguna creación falsa. La verdad no puede lidiar con los errores que tú deseas conservar. Yo fui un hombre que recordó al Espíritu y Su Conocimiento. Como hombre no traté de contrarrestar los errores con el Conocimiento, sino de corregir el error de raíz. Demostré tanto la impotencia del cuerpo como el poder de la mente. Al unir mi voluntad con la de mi Creador, recordé naturalmente al Espíritu y Su verdadero propósito. No puedo unir tu voluntad a la de Dios por ti, pero puedo borrar todas las percepciones falsas de tu mente si la pones bajo mi tutela. Sólo tus percepciones falsas se interponen en tu camino. Sin ellas, no hay duda de la alternativa que elegirías, pues una percepción sana induce a una elección sana. No puedo elegir por ti, pero puedo ayudarte a que elijas correctamente. “Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos” debería rezar: “Todos son llamados, pero sólo unos pocos eligen escuchar”. Por lo tanto, no eligen correctamente. Los “escogidos” son sencillamente los que eligen correctamente más pronto. Las mentes rectas pueden hacer esto ahora y, de este modo, hallar descanso para sus almas. Dios te conoce sólo en paz, y ésa es tu única realidad.

Búsqueda por términos o palabras, ejemplo: lección 137

¡Un Curso de Milagros!

Se publicará una lección por día. Los audios se agruparán en orden consecutivo según día.

 

      Página Web

      Evoluciona con tu presencia. Conecta con tu gente.

      Conoce más

      Presencia en línea

      Todos los derechos reservados.

      Producción web por iSocial50