¡Un Curso de Milagros!

(abreviado como ucdm)

Lucrecia Gamboa

Audio – Manual para el Maestro

3. ¿Cuáles son los Niveles de Enseñanza

Colaboran

Colabora

Dalcy Solís

Colabora

Sindy Pessoa

Colabora

Hazel Solís

Colabora

Mike Maher

Transcripción Audio

Un Curso de Milagros
UCDM – Manual para el Maestro

3. ¿Cuáles son los Niveles de Enseñanza?

¿Cuáles son los Niveles de Enseñanza?

1. Los maestros de Dios no tienen un nivel de enseñanza fijo. Cada situación de enseñanza-aprendizaje entraña en sus inicios una relación diferente, si bien el objetivo final es siempre el mismo: hacer de la relación una relación santa, en la que ambos puedan ver al Hijo de Dios libre de pecado. No hay nadie de quien un maestro de Dios no pueda aprender, de manera que no hay nadie a quien él no pueda enseñar. Desde un punto de vista práctico, no obstante, es imposible que pueda llegar a conocer a todo el mundo o que todo el mundo lo pueda encontrar a él. Por lo tanto, el plan dispone que cada maestro de Dios establezca contactos muy específicos. En la salvación no hay casualidades. Los que tienen que conocerse se conocerán, ya que tienen el potencial para desarrollar una relación santa. Están listos el uno para el otro.

2. El nivel más simple de enseñanza aparenta ser bastante superficial. Consiste en lo que parecen ser encuentros fortuitos: el encuentro “por casualidad” de dos supuestos extraños en un ascensor; el niño que sin mirar por donde va se tropieza con un adulto “por accidente”; dos estudiantes que “de pronto” se encuentran caminando juntos a casa. Estos encuentros no ocurren al azar. Cada uno de ellos tiene el potencial de convertirse en una situación de enseñanza-aprendizaje. Quizá los dos supuestos extraños en el ascensor se sonrían el uno al otro; tal vez el adulto no reprenda al niño por haber tropezado con él y tal vez los estudiantes se hagan amigos. Es posible, incluso en el nivel de encuentro más fortuito, que dos personas pierdan de vista sus intereses separados, aunque sólo sea por un instante. Ese instante será suficiente. La salvación ha llegado.

3. Es difícil entender que el concepto de niveles de enseñanza del curso universal esté tan desprovisto de significado en la realidad como lo está el concepto de tiempo. La ilusión de uno permite la ilusión del otro. Con el tiempo, el maestro de Dios parece comenzar a cambiar de parecer acerca del mundo con una sola decisión, y luego, a medida que la enseña, aprende más y más acerca de esa nueva orientación. Hemos hablado ya de la ilusión del tiempo, pero la ilusión de diferentes niveles de enseñanza parece ser algo distinto. Quizá la mejor manera de demostrar que estos niveles no pueden existir, es simplemente diciendo que todo nivel en la situación de enseñanza-aprendizaje es parte del plan de Dios para la Expiación, y Su plan no puede tener niveles, por ser un reflejo de Su Voluntad. La salvación está siempre lista y siempre está ahí. Los maestros de Dios operan en diferentes niveles, pero el resultado es siempre el mismo.

4. Cada situación de enseñanza-aprendizaje es máxima, en el sentido de que cada persona involucrada aprende lo máximo que puede de la otra en ese momento. En ese sentido y sólo en ese sentido, podemos hablar de niveles de enseñanza. Si usamos esta definición de niveles de enseñanza, el segundo nivel es una relación más prolongada en la que, por algún tiempo, dos personas se embarcan en una situación de enseñanza-aprendizaje bastante intensa y luego parecen separarse. Al igual que en el primer nivel, estos encuentros no son por casualidad ni lo que aparenta ser el final de la relación es realmente un final. Una vez más, cada uno de ellos aprendió lo máximo posible durante el tiempo que estuvieron juntos. Los que se han conocido, no obstante, volverán algún día a encontrarse, pues el destino de toda relación es hacerse santa. Dios no se equivoca con respecto a Su Hijo.

5. El tercer nivel de enseñanza se da en relaciones que, una vez formadas, son de por vida. En estas situaciones de enseñanza-aprendizaje se provee a cada persona de un compañero de aprendizaje determinado que le ofrece oportunidades ilimitadas de aprender. Por lo general, no hay muchas relaciones de este tipo, ya que su existencia implica que las personas en cuestión han alcanzado simultáneamente un nivel en el que el equilibrio entre aprendizaje y enseñanza es perfecto. Esto no significa que necesariamente se den cuenta de ello; de hecho, en la mayor parte de las ocasiones no lo hacen. Puede que incluso haya bastante hostilidad entre ellos por algún tiempo o tal vez de por vida. Mas si así lo deciden, tienen ante sí la lección perfecta y la pueden aprender. Y si deciden aprenderla, se convierten en los salvadores de los maestros que flaquean y que incluso parecen fracasar. Es imposible que un maestro de Dios no encuentre la ayuda que necesita.

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