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Relato la chica y el Cuas Cuás

La chica y el Cuas Cuás

La chica y el Cuas Cuás

Autora Ileana Sagot

A veces la vida no es lo que parece. A los 17 años todo parece posible o más bien imposible, mas no hay duda que hay una puerta nueva al mundo, diferente a la que se vive entre la casa y el colegio, el colegio y la casa y los rayos entraban por esa puerta de a poco en aquel inicio de Universidad.
Se había criado en una familia conservadora, recatada, con pocos vecinos y amigos. Al entrar a la U, siguió manteniendo el régimen aprendido, de la casa a la U y viceversa, su estilo simple, con buenas notas, sin llamar la atención, con el perfil bajo que le proveía su extrema delgadez y sin tiempo para ver qué pasaba en los espacios libres de su nuevo centro de estudios.
Ese día fue uno igual a cualquiera, la clase termino y con sus libros en la mano salió directo a tomar el bus, claro tenía que cruzar el pretil para llegar a su destino, algo que la incomodaba porque era allí donde el mundo era otro, gente extraña con ideas que no conocía.
Al ir subiendo las gradas se dio cuenta de una gran multitud que formaba un círculo. Ansiosa de conocer un poco de lo que no conocía se acercó sola y se topó con un espectáculo increíblemente nuevo para ella. El fenómeno presenciado estaba compuesto de unos músicos de pelo largo sentados en el suelo, un caracol y un bailarín semi-desnudo.
Quedo impresionada con la música que llegaba hasta su fondo, el sonido del caracol y la desnudez hicieron que se metiera entre la gente para quedar frente a frente para ver mejor. Por fin algo nuevo en su vida !!!  Los movimientos eran tan elocuentes y su gusto por la música hizo que sus ojos soltaran un destello de asombro y felicidad. Estaba extasiada viendo a ese hombre moverse y bailar, su cara iluminaba no dejaba de mirar al bailarín ni un segundo.
Entre tanta gente ocurrió lo impensable para ella, hubo un contacto visual entre los dos mundos, él se dio cuenta que ella lo estaba disfrutando y entraba en contacto con lo diferente. Fascinados los dos de la respuesta mutua se vino hacia ella y empezó a bailarle enfrente, si, entre tanta gente, un baile provocativo, solo para ella. La multitud lo disfrutaba también y se unía al movimiento social carapacho. Ella avergonzada, no podía creer lo que pasaba. Estaba feliz de ver que sin querer, por primera vez en su vida, lograba llamar la atención de alguien. El tiempo se detuvo y el bus la dejo.
Ese mediodía fue el inicio de una vida universitaria llena de conciencia social, de asombros, ideologías, pensamientos diferentes. Sin decir nada, sin palabras, sin discurso, el bailarín logro mostrarle que hay ideas que se defienden hasta el final. Se había convertido en un elemento activo, contemplativo y proactivo a la vez, de un movimiento de comunicación orgánica, una contracultura, un cambio, que desde ese día y sin permiso de sus padres la llevaron por un camino de hippismo que ya iba pasando, pero que se convirtió en su forma de vida.

Referencias:
Detalles: San José, 2018.
Autora: Ileana Sagot.