(abreviado como ucdm)
Lucrecia Gamboa
Dalcy Solís
Sindy Pessoa
Hazel Solís
Mike Maher
Un Curso de Milagros
UCDM – Psicoterapia – 2. El Proceso
I. Los límites de la psicoterapia
2. El Proceso de la Psicoterapia
Los límites de la psicoterapia
1. El resultado ideal, no obstante, rara vez se alcanza. La terapia comienza con el descubrimiento de que la curación tan sólo puede tener lugar en la mente, y los que ya creen esto se unen en el proceso psicoterapéutico. Puede que no lleguen mucho más lejos, pues nadie aprende más de lo que está dispuesto a aprender. Sin embargo, los niveles de buena disposición cambian, y cuando el terapeuta o el paciente ha alcanzado el siguiente nivel, se le ofrece una relación que se ajusta a su nueva necesidad. Tal vez se vuelvan a encontrar de nuevo y sigan adelante en la misma relación, haciéndola más santa. O quizá cada uno de ellos adquiera un nuevo compromiso. Mas una cosa es segura: los dos progresarán. Los retrocesos son temporales. La dirección general es siempre una de progreso hacia la verdad.
2. La psicoterapia de por sí no puede ser creativa. Uno de los errores que el ego fomenta es que él es capaz de un verdadero cambio y, por lo tanto, de verdadera creatividad. Cuando hablamos de “la ilusión salvadora” o “del sueño final” no es eso lo que queremos decir, mas aquí radica la última defensa del ego. La “resistencia” es su manera de ver las cosas; su interpretación del progreso y del crecimiento. Estas interpretaciones son necesariamente erróneas, puesto que son ilusorias. Los cambios que el ego procura no son realmente cambios. Son sólo sombras más profundas o tal vez diferentes patrones de nubosidad. Mas lo que está hecho de nada no puede calificarse como algo nuevo o diferente. Las ilusiones son ilusiones; la verdad, verdad.
3. La resistencia, como se define aquí, puede ser un rasgo típico tanto del terapeuta como del paciente. En cualquier caso, limita la psicoterapia porque restringe sus miras. El Espíritu Santo no puede luchar contra las intrusiones del ego en el proceso terapéutico. Pero esperará, y Su paciencia es infinita. Su meta es por siempre completamente indivisa. Sean cuales fueren las resoluciones a las que arriben paciente y terapeuta con respecto a sus propias metas divergentes, no podrán reconciliarse completamente cual uno solo hasta que se unan a la meta del Espíritu Santo. Sólo entonces acaba todo conflicto, pues sólo entonces puede haber
4. De manera ideal, la psicoterapia consiste en una serie de encuentros santos en los que dos hermanos se encuentran para bendecirse y recibir la paz de Dios. Y llegará un día en que esto sea así para todo “paciente” sobre la faz de la tierra, pues ¿quiénes sino pacientes podrían haber venido aquí? El terapeuta es sólo un maestro de Dios un poco más especializado. Aprende enseñando, y cuanto más avanzado, más enseña y más Mas sea cual sea la fase en la que se encuentre, habrá pacientes que lo necesitarán tal como es, pues no pueden asimilar más de lo que por el momento él puede dar. No obstante, tanto ellos como él finalmente hallarán la cordura.
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