(abreviado como ucdm)
Lucrecia Gamboa
Dalcy Solís
Sindy Pessoa
Hazel Solís
Mike Maher
Un Curso de Milagros
UCDM – Repaso 5 – Introducción
Quinto Repaso – Introducción
1. Ahora iniciamos otro repaso. Esta vez estamos listos para poner más de nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño. Reconocemos que nos estamos preparando para un nuevo nivel de entendimiento. Queremos dar este paso resueltamente para poder seguir adelante con mayor certeza, mayor sinceridad y sostener la fe con mayor seguridad. Nuestros pasos han sido inciertos, y las dudas nos han hecho andar con lentitud e inseguridad por el camino que este curso señala. Pero ahora vamos a ir más deprisa, pues nos estamos acercando a una mayor certeza, a un propósito más firme y a una meta más segura.
2. Padre nuestro, afianza nuestros pasos. Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes y háblanos. No tenemos nada que decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, pero que aun así él sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino.
3. De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. Si tropezamos, Tú nos levantarás. Si se nos olvida el camino, sabemos que siempre nos lo recordarás. Y si nos extraviamos, no te olvidarás de llamarnos de vuelta. Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta llegar a Ti. Y aceptamos la Palabra que nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que nos has dado.
4. He aquí—al final de este párrafo—el pensamiento que debe preceder a los pensamientos que vamos a repasar. Cada uno de ellos clarifica algún aspecto de dicho pensamiento o contribuye a hacerlo más significativo, más personal y verdadero, así como más descriptivo del santo Ser que compartimos y que ahora nos preparamos para conocer de nuevo:
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Sólo este Ser conoce el Amor. Sólo Sus pensamientos son perfectamente congruentes; sólo este Ser conoce a Su Creador, se comprende a Sí Mismo, goza de un Conocimiento y Amor perfectos, y nunca se aparta de Su constante estado de unión con Su Padre y Consigo mismo.
5. Esto es lo que nos espera al final de la jornada. Cada paso que damos nos acerca un poco más. Este repaso acortará el tiempo de manera inconmensurable si tenemos presente que eso es nuestra meta y que a medida que lo ponemos en práctica es a eso a lo que nos acercamos. Levantemos nuestros corazones de las cenizas y dirijámoslos hacia la Vida, recordando que eso es lo que se nos promete y que este curso nos fue enviado para allanar el sendero de la luz y enseñarnos—paso a paso—cómo regresar al eterno Ser que creíamos haber perdido.
6. Yo te acompaño en esta jornada. Pues por un tiempo compartiré contigo tus dudas y tus miedos, de manera que puedas recurrir a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. Caminamos juntos, por consiguiente, es preciso que yo entienda lo que es la incertidumbre y el dolor, aun cuando sé que no tienen ningún significado. Sin embargo, un salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que ellos ven, pero conservando en su mente el camino que lo condujo a su propia liberación, y que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él. Al Hijo de Dios se le seguirá crucificando hasta que te decidas a caminar por esta senda conmigo.
7. Mi resurrección se repite cada vez que conduzco a salvo a un hermano hasta donde la jornada termina para ya no recordarse más. Me siento renovado cada vez que un hermano aprende que hay un camino que nos libera de la aflicción y del dolor. Y renazco cada vez que la mente de un hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y me busca. No me he olvidado de nadie. Ayúdame ahora a conducirte de regreso allí donde la jornada empezó para que puedas tomar otra decisión conmigo.
8. Libérame a medida que practicas una vez más los pensamientos que te traigo de parte de Aquel que ve tu amarga necesidad y que conoce la respuesta que Dios Le dio. Juntos repasaremos estos pensamientos. Juntos les dedicaremos nuestro tiempo y esfuerzos. Y juntos se los enseñaremos a nuestros hermanos. Dios no permitiría que en el Cielo faltase nada. El Cielo te está esperando, al igual que yo. Sin ti yo estoy incompleto. Conforme me complete regresaremos juntos a nuestro hogar ancestral, el cual se preparó para nosotros desde antes de que el tiempo existiera, y que se ha mantenido a salvo de sus azotes, así como inmaculado y seguro, tal como será cuando al tiempo le llegue su fin.
9. Así pues, deja que este repaso sea el regalo que me haces a mí. Esto es lo único que necesito: que oigas mis palabras y se las ofrezcas al mundo. Eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos por medio de los cuales le llevo la salvación. El Ser desde el que te llamo no es sino tu propio Ser. A Él nos dirigimos juntos. Toma a tu hermano de la mano, pues no es éste un camino que recorramos solos. En tu hermano, yo camino contigo y tú conmigo. La Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. ¿Cómo, entonces, no iba a ser todo cuanto vive uno contigo también?
10. Permite que este repaso sea un intervalo en el que compartimos una experiencia que es nueva para ti, aunque es tan antigua como el tiempo e incluso aún más antigua. Santificado sea tu Nombre e inmaculada tu gloria para siempre. Tu completitud es ahora total, tal como Dios lo dispuso. Eres Su Hijo y completas Su Extensión con la tuya. Practicamos una antigua verdad, que sabíamos desde antes de que las ilusiones pareciesen apoderarse del mundo. Y le recordamos al mundo que está libre de toda ilusión cada vez que decimos:
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
11. Con esto comenzamos nuestro repaso de cada día. Con este pensamiento empezamos y concluimos cada período de práctica. Y con ese pensamiento nos vamos a dormir para luego despertar una vez más con esas mismas palabras en nuestros labios, dando así la bienvenida al nuevo día. No repasaremos ningún pensamiento sin que esta frase lo acompañe, y utilizaremos los pensamientos para mantenerla firme en la mente y clara en nuestra memoria a lo largo del día. Y así, cuando hayamos terminado este repaso, habremos reconocido que las palabras que decimos son verdad.
12. Las palabras, sin embargo, no son sino recursos auxiliares y, excepto por el uso que hacemos de ellas al principio y al final de cada período de práctica, se usarán sólo para recordarle a la mente su propósito, según lo dicte la necesidad. Ponemos nuestra fe en la experiencia que se deriva de las prácticas, no en los medios que utilizamos. Esperamos la experiencia, y reconocemos que sólo en ella radica la convicción. Usamos las palabras, pero tratamos una y otra vez de ir más allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho más allá de su sonido. Éste se hace cada vez más tenue hasta que finalmente desaparece, a medida que nos acercamos a la Fuente del significado. Y es ahí donde hallamos reposo.
Búsqueda por términos o palabras, ejemplo: lección 137