¡Un Curso de Milagros!

(abreviado como ucdm)

Lucrecia Gamboa

Audio – Repaso 3 – Lección 137

UCDM – Repaso 3 – Lección 137

Colaboran

Colabora

Dalcy Solís

Colabora

Sindy Pessoa

Colabora

Hazel Solís

Colabora

Mike Maher

Transcripción Audio

Un Curso de Milagros
UCDM – Repaso 3 – Lección 137

Lección 137

Cuando me curo no soy el único que se cura.

1. La idea de hoy sigue siendo el pensamiento central sobre el que descansa la salvación. Pues la curación es lo opuesto a todas las ideas del mundo que tienen que ver con la enfermedad y con los estados de separación. Aislarse uno de los demás y rehusar la unión es lo que da lugar a la enfermedad. Ésta se convierte en una puerta tras la cual se encierra a un ser separado y donde se le mantiene aislado y solo.

2. La enfermedad es aislamiento. Pues parece mantener a un ser separado del resto para que sufra lo que los otros no sienten. Le otorga al cuerpo poder absoluto para hacer que la separación sea real y mantener a la mente en un confinamiento solitario, fraccionada, y cuyas partes se mantienen sujetas por una sólida muralla de carne enfermiza que no puede superar.

3. El mundo acata las leyes que la enfermedad apoya, pero la curación opera aparte de ellas. Es imposible que alguien pueda curarse solo. En la enfermedad, él no puede sino estar aparte y separado. Mas la curación es el resultado de su decisión de volver a ser uno y de aceptar su Ser con todas Sus partes intactas e incólumes. Si está enfermo, su Ser parece estar desmembrado y sin la unidad que le da vida. Mas la curación se logra cuando comprende que el cuerpo no tiene poder para atacar la Unicidad universal del Hijo de Dios.

4. El propósito de la enfermedad es demostrar que las mentiras tienen que ser la verdad. Mas la curación demuestra que la verdad es verdad. La separación que la enfermedad pretende imponer en realidad nunca tuvo lugar. Curar es meramente aceptar lo que siempre fue la simple verdad y que seguirá siendo tal como siempre ha sido. No obstante, a los ojos acostumbrados a las ilusiones se les debe mostrar que lo que contemplan es falso. Así pues, la curación, que la verdad nunca necesitó, tiene que demostrar que la enfermedad no es real.

5. La curación podría considerarse, por lo tanto, como un contra-sueño que anula el sueño de enfermedad en nombre de la verdad, pero no en la verdad en sí. Así como el perdón pasa por alto todos los pecados que nunca se cometieron, la curación desvanece las ilusiones que nunca tuvieron lugar. Y así como el mundo real emergerá para ocupar el lugar de lo que nunca sucedió realmente, la curación ofrecerá restitución para los estados imaginarios e ideas falsas que los sueños han ido tejiendo como imágenes de la verdad.

6. Mas no pienses que curar no es algo digno de ser tu función aquí. Pues el anticristo se vuelve más poderoso que el Cristo para aquellos que sueñan que el mundo es real. El cuerpo parece ser más sólido y más estable que la mente. Y el amor se convierte en un sueño, mientras que el miedo continúa siendo la única realidad que puede verse, justificarse y comprenderse plenamente.

7. Así como el perdón desvanecerá con su luz todo pecado y el mundo real ocupará el lugar de lo que has fabricado, asimismo la curación reemplazará las fantasías de enfermedad con las que nublas la simple verdad. Cuando se haya visto desaparecer la enfermedad, a pesar de todas las leyes que sostienen que es real, todas las preguntas habrán quedado contestadas. Y entonces esas leyes dejan de valorarse y obedecerse.

8. La curación es libertad. Pues demuestra que los sueños no prevalecerán contra la verdad. La curación es algo que se comparte. Y mediante este atributo demuestra que las leyes que son diferentes de las que sostienen que la enfermedad es inevitable son más poderosas que las leyes enfermizas que sostienen lo contrario. La curación es fuerza. Pues por medio de su delicada mano se supera la debilidad, y las mentes que estaban amuralladas dentro de un cuerpo quedan libres para unirse a otras mentes y así ser fuertes para siempre.

9. La curación, el perdón y el feliz intercambio del mundo del dolor por uno en el que la tristeza no tiene cabida, son los medios por los que el Espíritu Santo te urge a que lo sigas. Sus dulces lecciones te enseñan cuán fácilmente puedes alcanzar la salvación y cuán poca práctica necesitas para dejar que Sus leyes reemplacen a las que tú promulgaste para mantenerte prisionero de la muerte. Su vida se vuelve la tuya propia a medida que extiendes la poca ayuda que Él te pide para liberarte de todo lo que alguna vez te causó dolor.

10. Y según te dejas curar, te das cuenta de que junto contigo se curan todos los que te rodean, los que te vienen a la mente, aquellos que están en contacto contigo y los que parecen no estarlo. Tal vez no los reconozcas a todos ni comprendas cuán grande es la ofrenda que le haces al mundo cuando permites que la curación venga a ti. Mas no te curas solo. Legiones y legiones de hermanos recibirán el regalo que tú recibes cuando te curas.

11. Los que se han curado se convierten en los instrumentos de la curación. Y no transcurre tiempo alguno entre el instante en que son curados y aquel en que toda la gracia de curación les es dada para que ellos a su vez la den. Lo que se opone a Dios no existe, y aquel que no acepta en su mente lo que se opone a Él se convierte en un refugio donde los que están cansados pueden hallar descanso. Pues ahí es donde se otorga la verdad y ahí es donde todas las ilusiones se llevan ante la verdad.

12. ¿No le ofrecerías refugio a la Voluntad de Dios? Pues con ello estarías invitando a tu Ser a estar en su propia casa. ¿Y podría acaso rechazarse semejante invitación? Pide que ocurra lo inevitable y nunca fracasarás. La otra opción es pedir que lo que no puede ser sea, y esto nunca podrá suceder. Hoy pedimos que sólo la verdad ocupe nuestras mentes; que los pensamientos de curación vayan en este día desde lo que ya se ha curado a lo que todavía tiene que curarse, conscientes de que ambas cosas ocurrirán al unísono.

13. Cuando el reloj marque la hora, recordaremos que nuestra función es permitir que nuestras mentes sean curadas para que podamos llevar la curación al mundo e intercambiar la maldición por bendiciones, el dolor por la alegría y la separación por la Paz de Dios. ¿No vale la pena, acaso, dar un minuto de cada hora a cambio de semejante regalo? ¿Y no es un poco de tiempo un coste mínimo a cambio del regalo de lo que lo es todo?

14. Mas debemos estar preparados para semejante regalo. De modo que comenzaremos el día dedicando diez minutos a los pensamientos que siguen a continuación, con los cuales también lo concluiremos por la noche:

Cuando me curo no soy el único que se cura. Y quiero compartir mi curación con el mundo a fin de que la enfermedad pueda ser erradicada de la mente del único Hijo de Dios, Quien es mi único Ser.

15. Permite que la curación se efectúe en ti hoy mismo. Y mientras reposas serenamente, prepárate a dar a medida que recibes, a conservar únicamente lo que das y a recibir la Palabra de Dios para que ocupe el lugar de todo pensamiento absurdo que alguna vez imaginaste. Ahora nos unimos para curar todo lo que antes estaba enfermo y para ofrecer bendiciones allí donde antes reinaba el ataque. No nos olvidaremos de esta función con el transcurrir de cada hora, sino que recordaremos nuestro propósito con este pensamiento:

Cuando me curo no soy el único que se cura. Y quiero bendecir a mis hermanos, pues me curaré con ellos, tal como ellos se curarán conmigo.

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Se publicará una lección por día. Los audios se agruparán en orden consecutivo según día.

 

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