¡Un Curso de Milagros!

(abreviado como ucdm)

Lucrecia Gamboa

Audio – El Canto de la Oración

2.II. El perdón-para-destruir

Colaboran

Colabora

Dalcy Solís

Colabora

Sindy Pessoa

Colabora

Hazel Solís

Colabora

Mike Maher

Transcripción Audio

Un Curso de Milagros
UCDM – El Canto de la Oración – 2. El Perdón

II. El perdón-para-destruir

2. EL PERDÓN

El perdón-para-destruir

1. El perdón-para-destruir adopta muchas formas, al ser un arma del mundo de las formas. No todas son obvias, y algunas se ocultan cuidadosamente bajo lo que aparenta ser caridad. Pero todas las formas que parece adoptar tienen una única meta: separar y hacer que lo que Dios creó igual sea diferente. La diferencia resulta evidente en algunos casos en los que la intencionada comparación no puede dejar de notarse, ni es realmente su propósito que no se note.

2. En este grupo se encuentra, en primer lugar, el caso en el que una persona “mejor” se digna a rebajarse para salvar a una “inferior” de lo que en realidad ésta es. En este caso, el perdón se basa en una actitud de refinada altivez, tan lejana del amor que jamás podría dejar de ser arrogante. ¿Quién puede perdonar y despreciar al mismo tiempo? ¿Y quién puede acusar a otro de estar inmerso en el pecado y al mismo tiempo percibirlo como el Hijo de Dios? ¿Quién puede enseñar lo que es la libertad esclavizando? En esto no hay unión, sino aflicción. Eso no es realmente misericordia. Eso es la muerte.

3. Hay otro caso de perdón-para-destruir, muy parecido al anterior si se entiende correctamente, en el que la arrogancia no se manifiesta de forma tan flagrante. Ahí el que “perdona” a otro no proclama ser mejor. En lugar de ello dice que aquí hay alguien cuya pecaminosidad él comparte, y dado que ambos han sido indignos merecen la retribución de la ira de Dios. Esto puede parecer humilde e incluso inducir a una rivalidad con respecto a quién es más pecador o más culpable. Esto no es amor por la Creación de Dios ni por la santidad que es Su don eterno. ¿Puede acaso Su Hijo condenarse a sí mismo y aun así acordarse de Él?

4. En este caso la meta es apartar de Dios al Hijo que Él ama y mantenerlo separado de su Fuente. Ésta es también la meta de aquellos que buscan ser mártires a manos de otro. El objetivo detrás de esto tiene que verse claramente, pues puede pasar por mansedumbre y caridad en lugar de crueldad. ¿No es acaso muestra de misericordia aceptar el rencor de otro y no responder sino con silencio y una dulce sonrisa? ¡Fíjate qué bueno eres, que soportas con paciencia y santidad la ira y el daño que otro te inflige sin mostrar el amargo dolor que sientes!

5. El perdón-para-destruir con frecuencia se oculta tras un manto así. Muestra el rostro del sufrimiento y del dolor como prueba silenciosa de la culpa y de los estragos del pecado. Tal es el testimonio que le ofrece a uno que podría ser su salvador y no su enemigo. Pero al habérsele convertido en enemigo, tiene que aceptar la culpa y el duro reproche que de este modo se ha descargado sobre él. ¿Es esto amor? ¿O se trata más bien de una traición hacia uno que necesita que lo salven del dolor de la culpa? ¿Qué otro propósito podría tener esto sino mantener a los testigos de la culpa alejados del amor?

6. El perdón-para-destruir puede manifestarse también en forma de regateos y tratos. “Te perdono si satisfaces mis necesidades, pues en tu esclavitud radica mi liberación.” Dile esto a cualquiera y te vuelves un esclavo. Y tratarás de deshacerte de la culpa mediante más regateos que no ofrecen esperanza alguna, sino más dolor y ¡Cuán temible se ha vuelto ahora el perdón y cuán distorsionado el fin que persigue! Ten piedad de ti mismo, tú que de este modo regateas. Dios sólo da y no pide recompensa alguna. No hay otra manera de dar excepto como da Él. Todo lo demás es una parodia. Pues ¿quién intentaría hacer un trato lucrativo con el Hijo de Dios y al mismo tiempo dar gracias a su Padre por su santidad?

7. ¿Qué le quieres mostrar a tu hermano? ¿Intentarías reforzar su culpa y con ello la tuya? El perdón es tu medio de escape. Es una lástima convertirlo en un medio de mayor esclavitud y dolor. En el mundo de los opuestos hay una manera de utilizar el perdón para la meta de Dios y para encontrar la paz que Él te ofrece. No aceptes nada más o habrás buscado la muerte y orado para separarte de tu Ser. Cristo es para todos porque está en Es Su faz lo que el perdón te permite ver. Es Su faz en la que ves la tuya.

8. Todas las formas que el perdón adopta que no te apartan de la ira, de la condena y de comparaciones de cualquier clase son la muerte. Pues eso es lo que sus propósitos han establecido. No te dejes engañar por ellas, sino abandónalas como algo sin valor, ya que lo que ofrecen es ciertamente trágico. No quieres seguir en la esclavitud. No quieres tenerle miedo a Dios. Quieres ver la luz del sol y el resplandor del Cielo refulgir sobre la faz de la tierra, redimida del pecado y en el Amor de Dios. En este punto la oración es liberada junto Tus alas han quedado libres, y la oración te elevará y te conducirá a tu hogar donde Dios quiere que estés.

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