Libro de Ejercicios – Lección 14
La idea de hoy es obviamente la razón de que sea imposible que haya un mundo sin significado. El mundo que ves no tiene nada que ver con la Realidad. Es tu propia obra y no existe.
La idea de hoy es obviamente la razón de que sea imposible que haya un mundo sin significado. El mundo que ves no tiene nada que ver con la Realidad. Es tu propia obra y no existe.
Lo que el mundo es, es un hecho. Tú no puedes decidir lo que debe ser. Pero sí puedes decidir cómo quieres verlo. De hecho, ésa es una decisión que tienes que tomar.
De hecho, un mundo sin significado es imposible. Lo que no tiene significado no existe. Sin embargo, de eso no se deduce que tú no puedas pensar que percibes algo que no tiene significado.
Es necesario que el maestro de Dios se dé cuenta, no de que no debe juzgar, sino de que no puede. Al renunciar a los juicios, renuncia simplemente a lo que nunca tuvo.
Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado. La importancia de esta idea radica en el hecho de que contiene la corrección de una importante distorsión perceptual.
Es bastante improbable que los primeros pasos a dar en la formación del nuevo maestro de Dios no sean cambios de actitud.
Parece como si fuera el mundo el que determina lo que percibes. La idea de hoy introduce el concepto de que son tus pensamientos los que determinan el mundo que ves.
La creencia de que existen grados de dificultad es la base de la percepción del mundo.
Esta vez la idea se introduce con “Mis pensamientos” en lugar de “Estos pensamientos”, y no se establece expresamente ningún vínculo con las cosas que se encuentran a tu alrededor.
La curación no puede repetirse. Si el paciente se ha curado, ¿qué queda por curar? Y si la curación siempre tiene lugar, como ya hemos dicho, ¿qué es lo que hay que repetir?
Estos ejercicios tienen que ver con la práctica, no con el entendimiento. No necesitas practicar lo que ya entiendes.
Sí, la curación siempre tiene lugar. Es imposible llevar las ilusiones ante la verdad y al mismo tiempo conservarlas. La verdad demuestra que las ilusiones no tienen ningún valor.