Libro de Ejercicios – Lección 20
Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura. No interpretes esto erróneamente como un intento de querer ejercer presión o fuerza. Deseas la salvación. Deseas ser feliz. Deseas la paz.
Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura. No interpretes esto erróneamente como un intento de querer ejercer presión o fuerza. Deseas la salvación. Deseas ser feliz. Deseas la paz.
Ésta es una pregunta crucial tanto para el maestro como para el alumno. Si este asunto no se trata bien, el maestro de Dios se habrá hecho daño a sí mismo y habrá también atacado a su alumno.
Notarás que las ideas que presentamos relacionadas con el acto de pensar a veces preceden a las que están relacionadas con la percepción, mientras que en otras ocasiones se invierte ese orden.
Para un maestro de Dios avanzado esta pregunta es irrelevante. No tiene un programa fijo, pues las lecciones cambian de día en día. Pero el maestro de Dios está seguro de una sola cosa: las lecciones no cambian al azar.
La idea de hoy es un paso más en el proceso de aprender que los pensamientos que dan lugar a lo que ves nunca son neutros o irrelevantes.
¡Por supuesto que sí! Nadie puede escaparse del Juicio Final de Dios. ¿Quién podría huir para siempre de la verdad? Mas el Juicio Final no tendrá lugar hasta que ya no se le tenga miedo.
La idea de hoy es uno de los pasos iniciales en el proceso de desvanecer la creencia de que tus pensamientos no tienen ningún efecto. Todo lo que ves es el resultado de tus pensamientos.
¿Puede realmente tener fin lo que no tiene principio? El mundo acabará en una ilusión, tal como comenzó. Su final, no obstante, será una ilusión de misericordia.
La idea de hoy es uno de los pasos iniciales en el proceso de desvanecer la creencia de que tus pensamientos no tienen ningún efecto. Todo lo que ves es el resultado de tus pensamientos.
Aunque en la realidad el término sacrificio no tiene absolutamente ningún significado, en el mundo ciertamente lo tiene.
Debido a que los pensamientos que piensas que piensas aparecen como imágenes, no te das cuenta de que no son nada. Piensas que los piensas, y por eso piensas que los ves.
Un maestro absolutamente perfecto que haya completado su aprendizaje es suficiente. Este maestro, santificado y redimido, se convierte en el Ser que es el Hijo de Dios.