Libro de Ejercicios – Lección 32
No eres víctima del mundo que ves porque tú mismo lo inventaste. Puedes renunciar a él con la misma facilidad con la que lo construiste.
No eres víctima del mundo que ves porque tú mismo lo inventaste. Puedes renunciar a él con la misma facilidad con la que lo construiste.
Aunque su título es Manual para el maestro, no hay que olvidar que el tiempo es lo único que separa al maestro del alumno, de manera que la diferencia entre ellos es, por definición, temporal.
La idea de hoy es la introducción a tu declaración de emancipación. Una vez más, la idea debe aplicarse tanto al mundo que ves fuera de ti como al que ves dentro.
La resurrección, dicho llanamente, es la superación de la muerte o el triunfo sobre ella. Es un redespertar o renacimiento; un cambio de parecer con respecto al significado del mundo.
No vamos a tratar de deshacernos de lo que no nos gusta viéndolo fuera. En lugar de ello, trataremos de ver en el mundo lo que está en nuestras mentes, y lo que deseamos reconocer se encuentra ahí.
La muerte es el sueño central de donde emanan todas las ilusiones. ¿No es acaso una locura pensar que la vida no es otra cosa que nacer, envejecer, perder vitalidad y finalmente morir?
La idea de hoy explica por qué puedes ver propósito en todo. Explica por qué nada está separado, existe por sí mismo o en sí mismo.
Sin duda alguna se puede llegar a Dios directamente, pues no hay ninguna distancia entre Él y Su Hijo. La conciencia de lo que Dios es se encuentra en la memoria de cada uno y Su Palabra está impresa en el corazón de todos.
El que los cumplas o no en el futuro no es algo que nos concierna ahora. Si al menos estás dispuesto a hacerlos ahora, habrás dado el primer paso en el proceso de cumplirlos.
La respuesta a esta pregunta es muy parecida a la anterior. No existen poderes “antinaturales”, e inventar un poder que no existe es obviamente recurrir a la magia.
La idea de hoy expresa algo más fuerte que una simple resolución. Le da prioridad a la visión por encima de todos tus demás deseos.
Si la reencarnación fuese responsable de algunas de las dificultades a las que el individuo se enfrenta ahora, su única tarea seguiría siendo la de escapar de ellas ahora.