Libro de Ejercicios – Tema 12 – Lección 331
El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos. Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la Paz de Dios. Amén.
El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos. Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la Paz de Dios. Amén.
Padre, es imposible hacerle daño a Tu Hijo. Y si creemos sufrir, es sólo porque no reconocemos la única Identidad que compartimos Contigo. Hoy queremos retornar a Ella a fin de librarnos para siempre de todos nuestros errores y salvarnos de lo que creíamos ser.
Hoy aceptaremos la unión que existe entre nosotros, y entre nosotros y nuestra Fuente. No tenemos otra voluntad que la Suya y todos somos uno porque todos compartimos Su Voluntad. Por medio de Ella reconocemos que somos uno solo. Por medio de Ella encontramos por fin el camino que nos conduce a Dios.
No hay otra voluntad que la Tuya. Y me alegro de que nada que pueda imaginarme contradiga lo que Tú quieres que yo sea. Tu Voluntad es que yo me encuentre completamente a salvo y eternamente en paz.
Padre, Te doy las gracias porque sólo con que ponga a prueba Tus promesas nunca tendré la experiencia de que no se cumplen. Que las ponga a prueba en vez de juzgarlas. Tu Palabra es una Contigo.
Veamos hoy la tierra desaparecer, al principio transformada, y después, una vez que haya sido perdonada, veámosla desvanecerse completamente en la santa Voluntad de Dios.
Padre nuestro, Tus Ideas reflejan la verdad, mientras que las mías separadas de las Tuyas, tan sólo dan lugar a sueños. Que contemple sólo lo que las Tuyas reflejan, pues las Tuyas y sólo las Tuyas son las únicas que establecen la verdad.
Sigamos, por lo tanto, a Uno que conoce el camino. No tenemos por qué rezagarnos ni podemos soltarnos de Su amorosa Mano por más de un instante. Caminamos juntos, pues Le seguimos. Y es Él Quien hace que el final sea seguro y Quien garantiza que llegaremos a salvo a nuestro hogar.
Y al saldar la deuda que tenemos con la verdad—una deuda que consiste sencillamente en abandonar los autoengaños y las imágenes que venerábamos falsamente—la verdad regresa íntegra y llena de júbilo a nosotros. Ya no nos engañamos. El amor ha regresado a nuestra conciencia.
Padre, para Ti cualquier sacrificio sigue siendo algo por siempre inconcebible. Por lo tanto, sólo en sueños puedo hacer sacrificios. Tal como Tú me creaste, no puedo renunciar a nada que Tú me hayas dado.
Hoy respondemos por el mundo, el cual será liberado junto con nosotros. ¡Qué alegría encontrar nuestra libertad por el inequívoco camino que nuestro Padre ha señalado!
Tu Voluntad puede hacer cualquier cosa en mí y luego extenderse a todo el mundo a través de mí. Tu Voluntad no tiene límites. Por lo tanto, a Tu Hijo se le ha dado todo poder.