Texto – 30.IV. La verdad que yace tras las ilusiones
La verdad jamás puede ser atacada. Y sabías esto cuando inventaste los ídolos. Los concebiste precisamente para olvidarte de este hecho. Lo único que atacas son las ideas falsas, nunca las verdaderas. Los ídolos son todas las ideas que concebiste para llenar la brecha que crees se formó entre lo que es verdad y tú.