Epílogo – Un Curso de Milagros
El lucero del alba de este nuevo día contempla un mundo diferente en el que se le da la bienvenida a Dios y a Su Hijo junto con Él. Nosotros que Lo completamos, Le damos las gracias, tal como Él nos las da a nosotros. El Hijo reposa, y en la quietud que Dios le dio, entra en su hogar y por fin está en paz.