Libro de Ejercicios – Lección 36
Eres santo porque tu mente es parte de la de Dios. Y puesto que eres santo, tu visión no puede sino ser santa también.
Eres santo porque tu mente es parte de la de Dios. Y puesto que eres santo, tu visión no puede sino ser santa también.
A todo aquel que cree estar en este mundo le resulta muy difícil creer esto de sí mismo. Sin embargo, la razón por la que cree estar en este mundo es porque no lo cree.
La idea de hoy comienza a describir las condiciones que prevalecen en la otra manera de ver. La paz mental es claramente una cuestión interna.
Lo que se intenta con la idea de hoy es que reconozcas que puedes cambiar tu percepción del mundo tanto en su aspecto externo como en el interno.
No eres víctima del mundo que ves porque tú mismo lo inventaste. Puedes renunciar a él con la misma facilidad con la que lo construiste.
La idea de hoy es la introducción a tu declaración de emancipación. Una vez más, la idea debe aplicarse tanto al mundo que ves fuera de ti como al que ves dentro.
No vamos a tratar de deshacernos de lo que no nos gusta viéndolo fuera. En lugar de ello, trataremos de ver en el mundo lo que está en nuestras mentes, y lo que deseamos reconocer se encuentra ahí.
La idea de hoy explica por qué puedes ver propósito en todo. Explica por qué nada está separado, existe por sí mismo o en sí mismo.
El que los cumplas o no en el futuro no es algo que nos concierna ahora. Si al menos estás dispuesto a hacerlos ahora, habrás dado el primer paso en el proceso de cumplirlos.
La idea de hoy expresa algo más fuerte que una simple resolución. Le da prioridad a la visión por encima de todos tus demás deseos.
Seguramente resulta obvio que si puedes ser atacado es que no eres invulnerable. Ves el ataque como una amenaza real. Esto se debe a que crees que realmente puedes atacar.
Propósito es significado. La idea de hoy explica por qué nada de lo que ves tiene significado. No sabes para qué es. Por consiguiente, no tiene significado para ti.