Libro de Ejercicios – Repaso 3 – Lección 129
La comunicación, inequívoca y clara como la luz del día, permanece ilimitada por toda la eternidad. Y Dios Mismo le habla a Su Hijo, así como Su Hijo le habla a Él. El lenguaje en el que se comunican no tiene palabras, pues lo que se dicen no se puede simbolizar. Su conocimiento es directo, perfectamente compartido y perfectamente uno.