Libro de Ejercicios – Tema 14 – Lección 353
Mis ojos, mi boca, mis manos y mis pies tienen hoy un solo propósito: estar al servicio de Cristo a fin de que Él pueda utilizarlos para bendecir al mundo con milagros.
Mis ojos, mi boca, mis manos y mis pies tienen hoy un solo propósito: estar al servicio de Cristo a fin de que Él pueda utilizarlos para bendecir al mundo con milagros.
Los juicios son lo opuesto al amor. De los juicios procede todo el dolor del mundo, y del amor, la Paz de Dios.
Mi hermano impecable es mi guía a la paz. Mi hermano pecador es mi guía al dolor. Y el que decida ver será el que contemplaré.
Y a medida que hagamos acopio de Sus milagros, estaremos en verdad agradecidos. Pues conforme Lo recordemos, Su Hijo nos será restituido en la realidad del Amor.
Nuestro Padre conoce nuestras necesidades, y nos da la gracia para satisfacerlas todas. Y así, confiamos en que nos enviará milagros para bendecir al mundo y sanar nuestras mentes según regresamos a Él.
La Gracia de Dios nos basta para hacer todo lo que Él quiere que hagamos. Y eso es lo único que elegimos como nuestra voluntad, que es también la Suya.
Escucha hoy. Permanece muy quedo y oye la dulce Voz que habla por Dios asegurarte que Él te ha juzgado como el Hijo que Él ama.
Y al llegar la noche, recordaremos únicamente la Paz de Dios. Pues hoy veremos qué clase de paz es la nuestra cuando nos olvidamos de todo, excepto del Amor de Dios.
En el milagro reside el don de la gracia, pues se da y se recibe cual uno solo. Y así, nos da un ejemplo de lo que es la ley de la verdad, que el mundo no acata porque es totalmente incapaz de entenderla.
¡Qué cerca nos encontramos unos de otros según nos dirigimos a Dios! ¡Qué cerca se encuentra de nosotros! ¡Qué cerca el final del sueño de pecado y la redención del Hijo de Dios!
La Misericordia y la Paz de Dios son gratuitas. La salvación no cuesta nada. Es un regalo que se debe dar y recibir libremente. Y esto es lo que queremos aprender hoy.
Hermano, perdóname ahora. Vengo a llevarte a casa conmigo. Y según avanzamos, el mundo se une a nosotros en nuestro camino hacia Dios.