Libro de Ejercicios – Lección 23
Cada pensamiento que albergas da lugar a algún segmento del mundo que ves. Es con tus pensamientos, pues, con los que tenemos que trabajar, si es que tu percepción del mundo ha de cambiar.
Cada pensamiento que albergas da lugar a algún segmento del mundo que ves. Es con tus pensamientos, pues, con los que tenemos que trabajar, si es que tu percepción del mundo ha de cambiar.
Se ha dicho que hay una paz que no es de este mundo. ¿Cómo se puede reconocer? ¿Cómo se puede encontrar? Y una vez que se encuentra, ¿cómo se puede conservar?
Habiendo proyectado su ira sobre el mundo, lo que ve es la venganza a punto de devolverle el golpe. De esta manera, percibe su propio ataque como un acto en defensa propia.
La justicia es la corrección divina de la injusticia. La injusticia es la base de todos los juicios del mundo. La justicia corrige las interpretaciones a las que la injusticia da lugar y las cancela.
Inicia las sesiones de práctica repitiendo la idea en tu interior. Luego cierra los ojos y busca con minuciosidad en tu mente aquellas situaciones pasadas, presentes o previstas que susciten ira en ti.
Hasta que el Maestro de Dios no haya dejado de confundir las interpretaciones con los hechos y las ilusiones con la verdad, no podrá tener lugar una corrección de naturaleza duradera…
Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura. No interpretes esto erróneamente como un intento de querer ejercer presión o fuerza. Deseas la salvación. Deseas ser feliz. Deseas la paz.
Ésta es una pregunta crucial tanto para el maestro como para el alumno. Si este asunto no se trata bien, el maestro de Dios se habrá hecho daño a sí mismo y habrá también atacado a su alumno.
Notarás que las ideas que presentamos relacionadas con el acto de pensar a veces preceden a las que están relacionadas con la percepción, mientras que en otras ocasiones se invierte ese orden.
Para un maestro de Dios avanzado esta pregunta es irrelevante. No tiene un programa fijo, pues las lecciones cambian de día en día. Pero el maestro de Dios está seguro de una sola cosa: las lecciones no cambian al azar.
La idea de hoy es un paso más en el proceso de aprender que los pensamientos que dan lugar a lo que ves nunca son neutros o irrelevantes.
¡Por supuesto que sí! Nadie puede escaparse del Juicio Final de Dios. ¿Quién podría huir para siempre de la verdad? Mas el Juicio Final no tendrá lugar hasta que ya no se le tenga miedo.