Texto – 2.VII. Causa y efecto
No puedo permitir que dejes de vigilar a tu mente, ya que de otro modo no podrías ayudarme. Obrar milagros requiere el que uno se dé cuenta plenamente del poder de los pensamientos a fin de evitar las creaciones falsas.
No puedo permitir que dejes de vigilar a tu mente, ya que de otro modo no podrías ayudarme. Obrar milagros requiere el que uno se dé cuenta plenamente del poder de los pensamientos a fin de evitar las creaciones falsas.
Las ilusiones me causan disgusto porque al haberles conferido realidad, veo la realidad como una ilusión. Nada en la Creación de Dios se ve afectado en modo alguno por mi confusión. Siempre estoy disgustado por nada.
Tal vez creas que eres responsable de lo que haces, pero no de lo que piensas. La verdad es que eres responsable de lo que piensas porque es solamente en ese nivel donde puedes ejercer tu poder de decidir. Tus acciones son el resultado de tus pensamientos.
He juzgado todo lo que veo, y eso y sólo eso es lo que veo. Eso no es visión. Es meramente una ilusión de realidad porque he juzgado sin tomar en cuenta la realidad. Estoy dispuesto a reconocer la falta de validez de mis juicios porque quiero ver.
Comienza el día leyendo las cinco ideas, incluyendo los comentarios. De ahí en adelante no es necesario seguir un orden determinado al repasarlas, aunque se debe practicar con cada una de ellas por lo menos una vez.
Nunca confundas la mentalidad recta con la mentalidad errada. Reaccionar ante cualquier clase de error de otra forma que no sea con un deseo de sanar es una expresión de esa confusión.
Deposita toda tu fe en el Amor de Dios en ti: eterno, inmutable y por siempre indefectible. Ésta es la respuesta a todo problema que se te presente hoy. Por medio del Amor de Dios en ti puedes resolver toda aparente dificultad sin esfuerzo alguno y con absoluta confianza.
Es esencial recordar que sólo la mente puede crear y que la corrección sólo puede tener lugar en el nivel del pensamiento. Para ampliar algo que se mencionó anteriormente, el Espíritu ya es perfecto y, por lo tanto, no requiere corrección.
La parte de tu mente donde reside la verdad está en constante comunicación con Dios, tanto si eres consciente de ello como si no. Es la otra parte de tu mente la que opera en el mundo y la que obedece sus leyes. Ésa es la parte que está constantemente distraída, y que es desorganizada y sumamente insegura.
Vamos a hacer ahora hincapié en la curación. El milagro es el medio, la Expiación el principio y la curación el resultado.
En realidad, no hay nada que temer. Esto es algo muy fácil de reconocer. Pero a los que quieren que las ilusiones sean verdad les es muy difícil reconocerlo.
Perfectamente consciente de la defensa apropiada, la visión espiritual pasa por alto todas las demás y mira más allá del error hacia la verdad. Debido a la fuerza de su visión, pone a la mente a su servicio.