Libro de Ejercicios – Lección 7
Cambiar las viejas ideas que se tienen acerca del tiempo es muy difícil porque todo lo que crees está arraigado en el tiempo y depende de que no aprendas estas nuevas ideas acerca de él.
Cambiar las viejas ideas que se tienen acerca del tiempo es muy difícil porque todo lo que crees está arraigado en el tiempo y depende de que no aprendas estas nuevas ideas acerca de él.
Los que están seguros del resultado final pueden permitirse el lujo de esperar, y esperar sin ansiedad. Para el maestro de Dios tener paciencia es algo natural.
Recuerda las dos advertencias mencionadas en la lección anterior: No hay disgustos pequeños – Todos perturban mi paz mental por igual.
El júbilo es el resultado inevitable de la mansedumbre. La mansedumbre significa que ahora el miedo es imposible.
Al aplicar la idea de hoy a lo que percibas como la causa específica de cualquier forma de disgusto, usa el nombre del disgusto de que se trate, así como la causa que le atribuyes.
Sólo los que tienen confianza pueden permitirse ser honestos, pues sólo ellos pueden ver el valor de la honestidad. La honestidad no se limita únicamente a lo que dices.
Si te acostumbras a observar tus pensamientos, descubrirás que representan una mezcla tal, que en cierto sentido ninguno de ellos puede calificarse de “bueno” o de “malo”. Por eso es por lo que no significan nada.
Todas las diferencias que puedan existir entre los Hijos de Dios son temporales.
Asegúrate de no cuestionar si algo es adecuado o no para aplicarle la idea. En estos ejercicios no se trata de juzgar. Cualquier cosa es adecuada si la ves.
No hay nadie de quien un maestro de Dios no pueda aprender, de manera que no hay nadie a quien él no pueda enseñar.
El único criterio a seguir para aplicar la idea a algo es simplemente que tus ojos se hayan posado sobre ello. No incluir nada en particular, no excluir nada deliberadamente.
La Expiación corrige las ilusiones, no lo que es verdad. Corrige, por lo tanto, lo que nunca existió.